Como ya mencionamos en la publicación anterior, la depresión es un trastorno caracterizado por un sentimiento de tristeza persistente que tiene repercusiones en la vida diaria de quien la padece. Desde el siglo V a.C. esta enfermedad ya era objeto de interés del mismo Hipócrates, quien a partir de su teoría de los cuatro estados de ánimo (melancólico, colérico, flemático y sanguíneo) asignó el nombre de melancolía a lo que hoy conocemos como depresión, y según su manera de interpretación, atribuía la causa al exceso de bilis negra.
En la actualidad, por definición, el trastorno depresivo es un trastorno afectivo caracterizado principalmente por: la decaída persistente del estado de ánimo por tiempos prolongados (durante la mayor parte del día y casi todos los días), y la disminución del interés o la capacidad para el placer.
Según su clasificación, la depresión se puede dividir en tres grupos: trastorno depresivo mayor, trastorno distímico, y trastorno depresivo no especificado, de los cuales los primeros son los que se pueden categorizar como los más frecuentes.
Por otra parte, según su etiología, la depresión puede originarse a partir de distintos factores de los cuales se reconocen tres principales: los biológicos y los sociales y los genéticos. Este último, es un tema relativamente nuevo que ha surgido a partir de los estudios más recientes en la disciplina de las neurociencias, cuyos avances tecnológicos permiten obtener información sobre el funcionamiento del cerebro durante los episodios depresivos.
Por ejemplo, gracias a estudios de imagenología, se sabe que pacientes que sufren de trastorno depresivo mayor presentan una desregulación en las conexiones neuronales, lo que impide que exista una conectividad efectiva entre diversas regiones cerebrales. Además de esto, también existe una relación muy estrecha entre la depresión mayor y enfermedades de índole cardiovascular, lo que también repercute en la manera en la que el oxígeno y la serotonina son transportadas a través del sistema circulatorio.
A su vez, también se ha logrado encontrar una estrecha relación bilateral entre la producción y circulación de la serotonina y otros neurotransmisores relacionados con la depresión, con el funcionamiento y las desregulaciones que sufre el sistema inmune a causa de dos factores importantes: el primero, que sería de orden externo, tiene que ver con nuestra alimentación, mientras que el segundo tiene que ver con la conexión bilateral antes mencionada que explicaremos a fondo más adelante.
¿Nuestra alimentación influye en la forma en la que nos sentimos?
Según estudios sobre la conducta alimentaria y su relación con el estrés, la ansiedad y la depresión conducidos en el año 2020 por la Universidad de Zaragoza que tuvo como población de estudio a un grupo de 1311 estudiantes universitarios, los resultados apuntaron a que el 80% de los estudiantes presentaban índices altos de depresión, que a su vez estaban ligados a una alimentación basada mayormente en alimentos ultra procesados con un significativo abuso de azúcares añadidos y carbohidratos.
Por otro lado, se ha logrado comprobar que una alimentación basada en productos naturales altos en proteínas y nutrientes de origen vegetal y/o animal están asociados con niveles de estrés bajos, además de ayudar a prevenir síntomas de depresión y a controlar los de un trastorno ya existente cuando se combina con la terapia y la medicación (de ser necesaria) adecuadas.
¿Existe una relación entre el sistema inmune y la depresión?
Estudios de psiconeuroinmunología han arrojado datos muy interesantes sobre la relación bilateral que existe entre los procesos del sistema nervioso y los llevados acabo por el sistema inmune. Por un lado, podemos encontrar que el experimentar sentimientos de ansiedad y estrés recurrentes y aquellos provocados por episodios depresivos repercuten en los procesos del sistema nervioso, y estos, a su vez dictan la forma en la que el sistema inmune se comporta: normalmente desregulando la forma en la que se produce la histamina (que tiene un papel importante en los procesos inflamatorios), que a su vez afectan de vuelta a distintos receptores cerebrales y la forma en la que se transportan los neurotransmisores a lo largo del cuerpo. Es decir, los trastornos de ansiedad y depresión repercuten de manera importante en el funcionamiento del sistema inmune y cómo este, a su vez propicia el prolongamiento o agudización de estas enfermedades.
Por otro lado, estos dos factores, el psíquico y el fisiológico, repercuten en el estado de la microbiota, que también es conocida por incidir de manera importante en los procesos cerebrales y en mantener una comunicación muy estrecha con el sistema inmune.
La depresión como problema de Salud Pública.
Estudios que datan del año 2004 ya predecían que para el año 2020, la depresión habría de convertirse en una de las principales afecciones más discapacitantes para la sociedad. En los últimos años, hemos visto crecer los índices de depresión de manera preocupante, además de que es un trastorno que afecta a grupos de población cada vez más jóvenes. Como ya se ha mencionado antes, la depresión puede surgir por distintos factores, y la mayoría de estos factores se encuentran en estrecha relación con el ámbito social, en el que también se puede contar como el principal incidente en la forma en la que aprendemos a alimentarnos.
No es una casualidad que la Psicología y la promoción de la salud se encuentren en pleno auge en cuanto a investigación y aplicación al ámbito social y cultural, es más bien el resultado de la necesidad de resolver este aumento crítico en la cantidad de personas que padecen de cierto grado de depresión que casi siempre resulta en el aumento en la severidad de ésta hasta el punto de convertirse en un trastorno depresivo mayor, cuyo índice de morbilidad incrementa con el paso de los años. rec
Estrategias y programas de intervención:
Referencias:
https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=825625
http://e-spacio.uned.es/fez/view/bibliuned:Psicopat-2014-19-1-7050
https://scielo.isciii.es/scielo.php?pid=S0212-16112019000600017&script=sci_arttext&tlng=pt
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