Ya que los paradigmas actuales están cambiando, también lo ha hecho la forma en la que concebimos la salud y la enfermedad. Estamos en el proceso de cambiar de una práctica basada en el tratamiento de las enfermedades a una serie de estrategias enfocadas a la conservación de la salud y la prevención de enfermedades. Además, hoy en día no se considera únicamente al cuerpo y sus demandas fisiológicas dentro del concepto de la salud, sino que también se le atribuye la importancia que merece al bienestar mental y emocional.
Hoy en día, las estrategas de prevención de la salud apuntan a la intervención temprana para prevenir la aparición de la depresión en todos los grupos de edad, y también para ayudar al tratamiento temprano de los síntomas si ya se encuentran presentes.
Existen distintos estudios por parte de universidades importantes alrededor del mundo que proponen estrategias de prevención en niños y adolescentes por medio de sesiones de terapia dirigidas a identificar algún indicio de que existan factores de riesgo que puedan detonar el trastorno en este grupo específico, además de ayudar a los niños y adolescentes (por medio de terapia cognitiva y conductual) a construir una visión positiva de sí mismos y a crear una serie de herramientas que les permitan lidiar con situaciones que puedan presentar un riesgo para la aparición del trastorno depresivo.
También se proponen sesiones de terapia grupal que tienen como propósito ayudar en la forma en la que los niños y los adolescentes aprenden a relacionarse con sus iguales y a formar redes de apoyo emocional sólidas que sirvan como base para fortalecer su bienestar psicoemocional.
El ejercicio y la alimentación y el buen desarrollo social como pilares esenciales.
Existen diversos estudios que hablan sobre las ventajas que ofrecen una buena alimentación y una rutina sólida de ejercicio para la prevención del trastorno depresivo, que favorecen no solo a niños y adolescentes sino también a la población adulta y a los adultos mayores.
En el caso de los adultos mayores, dicen los expertos que también es imprescindible mantenerlos en contacto con sus círculos sociales más cercanos, ya que el ámbito social es uno de los más vitales a lo largo de todas nuestras etapas de vida.
A manera de conclusión, podemos decir que es muy importante mantener un equilibrio cuando se trata de nuestra salud, es decir, no debemos sólo tomarle importancia a lo fisiológico, sino que debemos cuidar de la misma forma nuestra salud psicoemocional, ya que como se mencionó antes, la forma en la que nos sentimos también repercute en nuestra salud física y desarrollar trastornos tan serios como la depresión puede resultar en enfermedades físicas.
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