martes, 16 de mayo de 2023

Estrategias y programas de prevención

Ya que los paradigmas actuales están cambiando, también lo ha hecho la forma en la que concebimos la salud y la enfermedad. Estamos en el proceso de cambiar de una práctica basada en el tratamiento de las enfermedades a una serie de estrategias enfocadas a la conservación de la salud y la prevención de enfermedades. Además, hoy en día no se considera únicamente al cuerpo y sus demandas fisiológicas dentro del concepto de la salud, sino que también se le atribuye la importancia que merece al bienestar mental y emocional.
Hoy en día, las estrategas de prevención de la salud apuntan a la intervención temprana para prevenir la aparición de la depresión en todos los grupos de edad, y también para ayudar al tratamiento temprano de los síntomas si ya se encuentran presentes.
Existen distintos estudios por parte de universidades importantes alrededor del mundo que proponen estrategias de prevención en niños y adolescentes por medio de sesiones de terapia dirigidas a identificar algún indicio de que existan factores de riesgo que puedan detonar el trastorno en este grupo específico, además de ayudar a los niños y adolescentes (por medio de terapia cognitiva y conductual) a construir una visión positiva de sí mismos y a crear una serie de herramientas que les permitan lidiar con situaciones que puedan presentar un riesgo para la aparición del trastorno depresivo.
También se proponen sesiones de terapia grupal que tienen como propósito ayudar en la forma en la que los niños y los adolescentes aprenden a relacionarse con sus iguales y a formar redes de apoyo emocional sólidas que sirvan como base para fortalecer su bienestar psicoemocional.

El ejercicio y la alimentación y el buen desarrollo social como pilares esenciales.

Existen diversos estudios que hablan sobre las ventajas que ofrecen una buena alimentación y una rutina sólida de ejercicio para la prevención del trastorno depresivo, que favorecen no solo a niños y adolescentes sino también a la población adulta y a los adultos mayores.
En el caso de los adultos mayores, dicen los expertos que también es imprescindible mantenerlos en contacto con sus círculos sociales más cercanos, ya que el ámbito social es uno de los más vitales a lo largo de todas nuestras etapas de vida.
A manera de conclusión, podemos decir que es muy importante mantener un equilibrio cuando se trata de nuestra salud, es decir, no debemos sólo tomarle importancia a lo fisiológico, sino que debemos cuidar de la misma forma nuestra salud psicoemocional, ya que como se mencionó antes, la forma en la que nos sentimos también repercute en nuestra salud física y desarrollar trastornos tan serios como la depresión puede resultar en enfermedades físicas.

Más sobre la depresión

Como ya mencionamos en la publicación anterior, la depresión es un trastorno caracterizado por un sentimiento de tristeza persistente que tiene repercusiones en la vida diaria de quien la padece. Desde el siglo V a.C. esta enfermedad ya era objeto de interés del mismo Hipócrates, quien a partir de su teoría de los cuatro estados de ánimo (melancólico, colérico, flemático y sanguíneo) asignó el nombre de melancolía a lo que hoy conocemos como depresión, y según su manera de interpretación, atribuía la causa al exceso de bilis negra.


En la actualidad, por definición, el trastorno depresivo es un trastorno afectivo caracterizado principalmente por: la decaída persistente del estado de ánimo por tiempos prolongados (durante la mayor parte del día y casi todos los días), y la disminución del interés o la capacidad para el placer.

Según su clasificación, la depresión se puede dividir en tres grupos: trastorno depresivo mayor, trastorno distímico, y trastorno depresivo no especificado, de los cuales los primeros son los que se pueden categorizar como los más frecuentes.

Por otra parte, según su etiología, la depresión puede originarse a partir de distintos factores de los cuales se reconocen tres principales: los biológicos y los sociales y los genéticos. Este último, es un tema relativamente nuevo que ha surgido a partir de los estudios más recientes en la disciplina de las neurociencias, cuyos avances tecnológicos permiten obtener información sobre el funcionamiento del cerebro durante los episodios depresivos.
Por ejemplo, gracias a estudios de imagenología, se sabe que pacientes que sufren de trastorno depresivo mayor presentan una desregulación en las conexiones neuronales, lo que impide que exista una conectividad efectiva entre diversas regiones cerebrales. Además de esto, también existe una relación muy estrecha entre la depresión mayor y enfermedades de índole cardiovascular, lo que también repercute en la manera en la que el oxígeno y la serotonina son transportadas a través del sistema circulatorio. 
A su vez, también se ha logrado encontrar una estrecha relación bilateral entre la producción y circulación de la serotonina y otros neurotransmisores relacionados con la depresión, con el funcionamiento y las desregulaciones que sufre el sistema inmune a causa de dos factores importantes: el primero, que sería de orden externo, tiene que ver con nuestra alimentación, mientras que el segundo tiene que ver con la conexión bilateral antes mencionada que explicaremos a fondo más adelante.

¿Nuestra alimentación influye en la forma en la que nos sentimos?
Según estudios sobre la conducta alimentaria y su relación con el estrés, la ansiedad y la depresión conducidos en el año 2020 por la Universidad de Zaragoza que tuvo como población de estudio a un grupo de 1311 estudiantes universitarios, los resultados apuntaron a que el 80% de los estudiantes presentaban índices altos de depresión, que a su vez estaban ligados a una alimentación basada mayormente en alimentos ultra procesados con un significativo abuso de azúcares añadidos y carbohidratos.
Por otro lado, se ha logrado comprobar que una alimentación basada en productos naturales altos en proteínas y nutrientes de origen vegetal y/o animal están asociados con niveles de estrés bajos, además de ayudar a prevenir síntomas de depresión y a controlar los de un trastorno ya existente cuando se combina con la terapia y la medicación (de ser necesaria) adecuadas.

¿Existe una relación entre el sistema inmune y la depresión?

Estudios de psiconeuroinmunología han arrojado datos muy interesantes sobre la relación bilateral que existe entre los procesos del sistema nervioso y los llevados acabo por el sistema inmune. Por un lado, podemos encontrar que el experimentar sentimientos de ansiedad y estrés recurrentes y aquellos provocados por episodios depresivos repercuten en los procesos del sistema nervioso, y estos, a su vez dictan la forma en la que el sistema inmune se comporta: normalmente desregulando la forma en la que se produce la histamina (que tiene un papel importante en los procesos inflamatorios), que a su vez afectan de vuelta a distintos receptores cerebrales y la forma en la que se transportan los neurotransmisores a lo largo del cuerpo. Es decir, los trastornos de ansiedad y depresión repercuten de manera importante en el funcionamiento del sistema inmune y cómo este, a su vez propicia el prolongamiento o agudización de estas enfermedades.

Por otro lado, estos dos factores, el psíquico y el fisiológico, repercuten en el estado de la microbiota, que también es conocida por incidir de manera importante en los procesos cerebrales y en mantener una comunicación muy estrecha con el sistema inmune.

La depresión como problema de Salud Pública.

Estudios que datan del año 2004 ya predecían que para el año 2020, la depresión habría de convertirse en una de las principales afecciones más discapacitantes para la sociedad. En los últimos años, hemos visto crecer los índices de depresión de manera preocupante, además de que es un trastorno que afecta a grupos de población cada vez más jóvenes. Como ya se ha mencionado antes, la depresión puede surgir por distintos factores, y la mayoría de estos factores se encuentran en estrecha relación con el ámbito social, en el que también se puede contar como el principal incidente en la forma en la que aprendemos a alimentarnos. 

No es una casualidad que la Psicología y la promoción de la salud se encuentren en pleno auge en cuanto a investigación y aplicación al ámbito social y cultural, es más bien el resultado de la necesidad de resolver este aumento crítico en la cantidad de personas que padecen de cierto grado de depresión que casi siempre resulta en el aumento en la severidad de ésta hasta el punto de convertirse en un trastorno depresivo mayor, cuyo índice de morbilidad incrementa con el paso de los años. rec

   


Estrategias y programas de intervención:


Referencias:


https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=825625

http://e-spacio.uned.es/fez/view/bibliuned:Psicopat-2014-19-1-7050

https://scielo.isciii.es/scielo.php?pid=S0212-16112019000600017&script=sci_arttext&tlng=pt

La depresión


 La depresión es una enfermedad importante que debemos saber identificar y luchar contra el estigma que se tiene socialmente, adjunto un video de la American Psychiatric Association.


Enfrentar la depresión

 

Por Ciencia UNAM-DGDC

Link original:

https://ciencia.unam.mx/contenido/infografia/70/enfrentar-la-depresion

¿estás en la depre?

 

Por Miriam H. Alegría, Ciencia UNAM, DGDC

Link original:
https://ciencia.unam.mx/contenido/infografia/35/-estas-deprimido-

lunes, 15 de mayo de 2023

Depresión

 El trastorno depresivo o depresión, es un trastorno mental común, el cual es una enfermedad caracterizada por una tristeza persistente y por la pérdida de interés en las actividades que normalmente se disfrutan, así como por la incapacidad para llevar a cabo las actividades cotidianas, durante al menos dos semanas.

La depresión es diferente a los cambios habituales del estado de ánimo y los sentimientos sobre el día a día, ya que esta puede afectar a todos los ámbitos de la vida, incluidas las relaciones familiares, de amistad y las comunitarias. Esta enfermedad puede deberse a problemas en la escuela, laborales o causarlos, puede afectar a cualquiera, ya sea personas que han vivido abusos, pérdidas graves u otros eventos estresantes tienen más probabilidades de padecerla.

Se estima que el 3,8% de la población experimenta depresión, incluido el 5% de los adultos (4% entre los hombres y el 6% entre las mujeres) y el 5,7% de los adultos mayores de 60 años, a escala mundial se puede decir que 280 millones de personas sufren depresión. La depresión es aproximadamente un 50% más frecuente entre las mujeres que entre los hombres. En todo el mundo, más del 10% de las embarazadas y de las mujeres que acaban de dar a luz experimentan depresión. Cada año se suicidan más de 700 000 personas. El suicidio es la cuarta causa de muerte en el grupo etario de 15 a 29 años.

A pesar de que hay tratamientos conocidos y eficaces contra los trastornos mentales, más del 75% de las personas afectadas en los países de ingreso bajo y mediano, no reciben ningún tratamiento. Dentro de los obstáculos a una atención eficaz cabe destacar la falta de inversión y falta de interés a la salud mental, además de una falta de proveedores de atención de salud capacitados, así como la estigmatización asociada a los trastornos mentales.

El trastorno depresivo (o depresión) es un trastorno mental común.

La depresión es una enfermedad que se caracteriza por una tristeza persistente y por la pérdida de interés en las actividades con las que normalmente se disfruta, así como por la incapacidad para llevar a cabo las actividades cotidianas, durante al menos dos semanas.

La depresión es distinta de los cambios habituales del estado de ánimo y los sentimientos sobre el día a día. Puede afectar a todos los ámbitos de la vida, incluidas las relaciones familiares, de amistad y las comunitarias. Puede deberse a problemas en la escuela y laborales o causarlos.

La depresión puede afectar a cualquiera. Quienes han vivido abusos, pérdidas graves u otros eventos estresantes tienen más probabilidades de sufrirla. Las mujeres son más propensas a la depresión que los hombres.

Se estima que el 3,8% de la población experimenta depresión, incluido el 5% de los adultos (4% entre los hombres y el 6% entre las mujeres) y el 5,7% de los adultos mayores de 60 años. A escala mundial, aproximadamente 280 millones de personas sufren depresión. La depresión es aproximadamente un 50% más frecuente entre las mujeres que entre los hombres. En todo el mundo, más del 10% de las embarazadas y de las mujeres que acaban de dar a luz experimentan depresión. Cada año se suicidan más de 700 000 personas. El suicidio es la cuarta causa de muerte en el grupo etario de 15 a 29 años.

Aunque hay tratamientos conocidos y eficaces contra los trastornos mentales, más del 75% de las personas afectadas en los países de ingreso bajo y mediano no reciben tratamiento alguno. Entre los obstáculos a una atención eficaz cabe destacar la falta de inversión en atención de salud mental y de proveedores de atención de salud capacitados, así como la estigmatización asociada a los trastornos mentales.

Hay tratamientos eficaces para la depresión, incluidos los tratamientos psicológicos y la medicación. Busque cuidados si presenta síntomas de depresión.

Los tratamientos psicológicos son el primer tratamiento contra la depresión. Pueden combinarse con antidepresivos en casos de depresión moderada y grave. Los antidepresivos no son necesarios en caso de depresión leve.

Los tratamientos psicológicos eficaces contra la depresión incluyen:  

la activación conductual

la terapia cognitiva conductual

la psicoterapia interpersonal

el tratamiento para la resolución de problemas.

La etiología de la depresión mayor es compleja, puede tener un origen genético, fisiológico u hormonal o ser provocada por condiciones de estrés y / o factores psicológicos y sociales. Las primeras investigaciones se centraron en las aminas biogénicas (serotonina, norepinefrina y dopamina), en gran parte por el mecanismo de acción de los antidepresivos (12,13). Posteriormente, se reportó un mayor riesgo para las personas de desarrollar el trastorno depresivo por la interacción de la vulnerabilidad genética con el ambiente (14,15). Adicionalmente, existe evidencia que relaciona el estrés crónico con el trastorno depresivo, lo que ocasiona un deterioro de las neuronas que les impide hacer las adaptaciones apropiadas para el funcionamiento normal del sistema nervioso central.

Una evaluación de depresión también se conoce como prueba de depresión. Es un conjunto estándar de preguntas que usted responde para ayudar a su profesional de la salud a determinar si tiene depresión.

Además de la prueba de depresión se encuentra cuestionario de salud del paciente-9 (PHQ-9), inventario de depresión de Beck (BDI), escala de depresión de Hamilton (HAM-D), Escala de autoevaluación para la depresión de Zung (SDS), escala de depresión geriátrica (GDS y GDS-SF)

Referencias

Organización Panamericana de la Salud. (n.d.). Depresión - OPS/OMS | Organización Panamericana de la Salud. Www.paho.org. https://www.paho.org/es/temas/depresion

World Health Organization: WHO. (2018, March 22). Depresión. Who.int; World Health Organization: WHO. https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/depression

 Pérez-Padilla, Elsy Arlene, Cervantes-Ramírez, Víctor Manuel, Hijuelos-García, Nayeli Alejandra, Pineda-Cortés, Juan Carlos, & Salgado-Burgos, Humberto. (2017). Prevalencia, causas y tratamiento de la depresión Mayor. Revista biomédica, 28(2), 73-98. https://doi.org/10.32776/revbiomed.v28i2.557


Estrategias y programas de prevención

Ya que los paradigmas actuales están cambiando, también lo ha hecho la forma en la que concebimos la salud y la enfermedad. Estamos en el pr...